Hoy me propongo tratar de analizar un poco ese disco que tanto amo. The Wall de Pink Floyd me parece que es uno de esos discos que nacen de una necesidad de expresar sinceros sentimientos, que han sido reprimidos por el autor. El simple hecho de usar como metáfora a un muro me parece genial, ya que todos de alguna forma u otra lo hacemos, la única diferencia es la cantidad de ladrillos y el hecho de saber o no de su existencia.
Tiene cosas que ha todos nos ha tocado vivir, tal vez no exactamente igual, pero en algunos rasgos, siento que podemos compartir aunque sea alguno de sus traumas. Muchos han sufrido de la ausencia de uno de sus padres (sea por muerte como en el disco, o por simplemente no está presente) . Otros sufren de padres que son sobre protectores y que no les permite arriesgarse, vivir la vida, equivocarse, cuando uno más lo necesita para crecer.
Esa madre (o padre dependiendo del caso) que no permitió que se enfrentaran al mundo, a su crueldad y de esta forma comenzar la construcción del muro. Que bien se siente estar protegido por todos nuestros miedos, traumas, obsesiones, caprichos. Después de todo, terminan siendo un ladrillo más en el muro.
